Por Andrés Piñán
Ciencia y Conciencia
Toda nuestra ciencia
actual se fundamenta en que el espacio, el tiempo, la materia y la energía son
los auténticos componentes de la realidad.
La física newtoniana sostiene que vivimos en un universo físico que tiene
objetos separados en el tiempo y en el espacio, que nuestros cuerpos son parte
del universo físico, que la conciencia es un fenómeno derivado de la materia, y
que si tenemos pensamientos y sentimientos, emociones y deseos, instintos e
impulsos, es el resultado de complejos
procesos bioquímicos, de moléculas en movimiento. Que es real lo que podemos percibir con
nuestros sentidos, lo que podemos ver, sentir y tocar, que la verdadera prueba
de la realidad es la experiencia sensorial.
Para la ciencia
actual representa un grave problema el fenómeno de la conciencia. Es
relativamente fácil explicar como el hidrógeno evolucionó para transformarse en
otros elementos, los cuales se combinaron para formar moléculas y luego células
simples dotadas de vida, y como éstas se desarrollaron hasta formar seres
complejos como nosotros. Pero no hay
nada en el campo de la física, la química, la biología o cualquier otra ciencia
que de una explicación razonable y clara de la capacidad de los seres de tener
experiencias interiores de cualquier tipo, que es lo que entendemos como
conciencia.
Parece posible, aunque
complicado, entender la función del cerebro y su correlación con los fenómenos
mentales, como percibimos, discriminamos, reaccionamos frente a los estímulos,
centramos la atención, etc., pero lo
realmente problemático es la conciencia en si. ¿Porqué el complejo
procesamiento de información en el cerebro conduce a experiencias
interiores?. La ciencia occidental no
considera el que los seres deban tener conciencia.
Como seres humanos
nos enfrentamos al hecho indiscutible de poseer una conciencia propia, y sin
embargo no tener manera de explicarlo.
¿Cómo a partir del polvo y el agua de la tierra las fuerzas naturales
hicieron aparecer un sistema mental capaz de preguntarse por su propia
existencia?. ¿Cómo se ha vuelto consciente el universo a partir de los mas
simples de los elementos?.
Científicos y
filósofos intentan explicarse como surge la conciencia ( por ej. a través de la
química cerebral y procesamiento del cerebro), pero no hay respuesta a la
pregunta : ¿Cómo es posible que algo tan inmaterial como la conciencia surja de
algo tan inconsciente como la materia?.
El fracaso posiblemente se debe a que todo se basa en la evidencia de
que la conciencia surge o depende del mundo físico del espacio, del tiempo y la
materia. La conciencia ha sido relegada a ser un fenómeno material. Estamos considerando al cuerpo humano como la
máquina que aprendió a producir conciencia. (véase Peter Russel, Ciencia,
conciencia y luz ,Ed.Kairós).
Nuevos paradigmas
científicos
El mundo que en
realidad conocemos es el mundo que toma forma en nuestra mente, no se compone
de materia, sino que su cualidad es mental. Lo que realmente vemos del mundo no
es su apariencia, es solamente nuestra manera de mirarlo. Nuestras mentes,
nuestras conciencias están creando todo lo que estamos viendo allí afuera. Todo
lo que sabemos, percibimos e imaginamos, el color, el sonido, los pensamientos,
las sensaciones y los sentimientos, son formas que ha adoptado la conciencia. Incluso el espacio y el tiempo no son
dimensiones fundamentales de la
realidad, son dimensiones fundamentales de la conciencia.
Cuando observamos un
objeto cualquiera, la luz que refleja
forma una imagen en la retina del ojo. Unas células fotosensibles descargan
electrones que desencadenan impulsos electroquímicos que viajan por el nervio
óptico hasta llegar al cortex visual del cerebro, en donde son procesados en
formas, colores, movimientos. Al final
del proceso, en la conciencia aparece la imagen, por ej. de un árbol. Es algo que realmente ocurre, aunque se
ignora como. Todo lo que percibimos
(vemos, olemos, tocamos, etc) se reconstruye a partir de los datos sensoriales.
Creo estar percibiendo el mundo que me rodea, pero en realidad de lo único que
soy consciente directamente es de los colores, sonidos y olores que aparecen en
la mente.
Cuando estamos
despiertos, nuestra imagen del mundo se basa en la información que recogemos
con nuestro organismo sensorio del entorno que nos rodea. Sin embargo ya hemos visto que la realidad que
percibimos es una creación de nuestra mentes, al igual que lo son los sueños,
que lo que percibimos del mundo es la realidad que cada uno de nosotros está
construyendo y que constituye el conjunto de nuestras experiencias.
Podemos decir que
existen dos realidades: 1) la realidad
física , lo que está ahí afuera que estimula nuestros sentidos, 2) la realidad personal que experimenta cada
cual, que es la reconstrucción del mundo que aparece en nuestra mente. Lo ilusorio aparece cuando confundimos ambas
realidades, cuando nuestro juicio malinterpreta los datos sensoriales; sufrimos un engaño cuando creemos que las imágenes que aparecen en nuestra
conciencia son en realidad el mundo exterior (cuando pensamos que el árbol que
vemos es el árbol en sí). Ahora bien,
¿podemos estar seguros de que existe una realidad física fuera de nosotros si
lo único que podemos conocer son las imágenes que aparecen en nuestra mente?.
La física cuántica nos dice que todo depende
de quien esté mirando, que mas allá de los limites de nuestra percepción hay
una ambigua sopa cuántica de energía e información fluyendo sin cesar, y con
todo eso nosotros creamos la experiencia de un mundo material. Sabemos que el
cuerpo humano no es una estructura anatómica congelada, que en realidad es un
centro de inteligencia, de energía e información, que al igual que todo en el
universo está hecho de átomos, compuestos de partículas subatómicas que se
mueven a la velocidad de la luz alrededor de enormes espacios, y que no son
objetos materiales, sino fluctuaciones de energía e información, detenidas en
eventos de espacio-tiempo. Oscilan entrando y saliendo de la existencia
dependiendo de si se las observa o no. El mundo material está realmente hecho
de nada. Se nos dice que la materia en su mayor parte ( en un 99,9999999%) es
un fantasmagórico espacio vacío. Si es así, ¿porqué el mundo aparece tan sólido
e inmutable?. Parece ser que los
electrones giran tan rápido alrededor del núcleo que crean un escudo
impenetrable como si fueran bolas sólidas. Las partículas subatómicas (100.000
veces más pequeñas que un átomo) tampoco son sólidas, ni materia, son como
“nubes confusas de existencia potencial”.
¿Qué son realmente
los pensamientos sino fluctuaciones cuánticas, impulsos de energía e
información, eventos cuánticos que se transforman en eventos de espacio-tiempo
manifestándose en algo material?.
Hoy la ciencia sabe que el cerebro convierte
cada pensamiento o sentimiento , impulsos no materiales, en moléculas
mensajeras (neuropéptidos), mediante las cuales se comunican las células del
sistema nervioso. Es el lenguaje de las
moléculas, en el que se transforman los pensamientos. La conciencia influyendo
en lo que llamamos bioquímica.
Igualmente se sabe que cada célula de nuestro sistema inmunológico, que
nos protege de infecciones, procesos degenerativos, etc. está siendo
continuamente afectada por el diálogo interno que estamos constantemente
manteniendo, que cada célula del sistema nervioso de todo nuestro cuerpo tiene
pensamientos, toma decisiones, tiene memoria, posee un intelecto. Se está
empezando a considerar a este universo como un universo “pensante”, que está
vivo, que es como un organismo que respira, piensa y metaboliza, a través de
impulsos de energía e información y que dan lugar a todo lo existente. (véase Deepak Chopra,” Cuerpos sin edad,
Mente sin tiempo” y “ Curación cuántica”).
La ciencia actual, libre de prejuicios, está descubriendo que el cuerpo
es en realidad una mente, la experiencia objetiva de la conciencia, y la mente
es la experiencia subjetiva de la conciencia, y todos nosotros no somos ni el
cuerpo ni la mente, sino quienes estamos creando ambas. Somos, al igual que todos los seres vivientes
de nuestro planeta, energía e información, expresiones de inteligencia,
atención y conciencia. Hoy la ciencia ha
demostrado que en menos de dos años reemplazamos nuestro cuerpo completo, hasta
el último átomo, por lo tanto posiblemente nosotros no podemos ser nuestro
cuerpo físico, que es tierra, agua y aire que se va reciclando, sino que
estamos usando las moléculas que constituyen el mismo para manifestar nuestros
recuerdos, deseos y emociones. Parece
obvio que nuestra mente individual no está restringida a nuestro cuerpo físico.
Es la conciencia la
que modula la materia, y no al revés. En otras palabras, hoy se conoce que la
fisiología, el sistema inmunológico, el nervioso, el endocrino e incluso la
conducta, están influenciados por el estado de conciencia que tengamos. (por
ej. en un estado temeroso el nivel de inmunidad es muy bajo).
“Espacio-tiempo, materia-energía , el cuerpo
físico y el universo se engendran cuando la conciencia se mueve dentro de sí,
para crear la infinita diversidad de formas y fenómenos que llamamos cuerpos.
Todo ello es simplemente un movimiento de la conciencia”.(Deepak Chopra).
“Deseo conocer los
pensamientos de Dios, lo demás son detalles.”(A.Einstein)
“Vivimos en un
universo que no tiene principio en el tiempo, que no tiene fin en el tiempo, ni
bordes exteriores en el espacio” (Stephen Hawking, Breve historia del tiempo).
En todas las
tradiciones espirituales y religiones del mundo ha existido la idea de que mas
allá de la mente y del cuerpo, mas allá del pensamiento está el pensador o
alguien que genera la idea, el experimentador que crea las ideas. Se le ha
denominado fuerza creadora, energía vital, alma o Espíritu, etc. Fuerza
misteriosa, abstracta e incomprensible, pero real, “no materia” pensante
reflejada en experiencias de percepción ligadas al espacio y al tiempo.
La conciencia según
la visión Antroposófica
Existe una tendencia
a creer que la conciencia del hombre no ha ido evolucionando a lo largo de su
historia, que sus facultades psíquicas siempre fueron iguales y que lo que ha
evolucionado es únicamente el medio cultural en el que se desenvuelve el ser
humano. No se puede negar la importancia
que dicho ambiente cultural tiene, aunque, recogiendo el punto de vista
antroposófico con el que me identifico, el mismo es el resultado de la
configuración anímica de cada época determinada.
Rudolf Steiner, el
fundador de la ciencia espiritual antroposófica, en sus investigaciones sobre
el desarrollo del hombre describe detalladamente (véase su Ciencia Oculta y su
Teosofía) la evolución de la conciencia humana y el desarrollo de las nuevas
facultades anímicas adquiridas en épocas determinadas, en especial en tres
grandes etapas que él describe como de desarrollo en el hombre del alma
sensible (hasta la fundación de Roma),
del alma racional ( hasta 1413) y del alma consciente (época actual y que
durará hasta el 3513, fin de la 5ª época cultural post-atlante.). A través de estas etapas se ha desarrollado
gradualmente una influencia cada vez mayor del Yo (o ser en si mismo) como
cuarto cuerpo o principio humano sobre los otros tres cuerpos ( físico, vital o
etéreo y astral o emocional).
Según manifiesta Steiner, en la época del alma
sensible el ser humano no podía actuar independientemente como un ser
completamente autoconsciente con su Yo incorporado, sino que actuaba bajo
inspiración de seres superiores. No podía pensar ni especular sobre si mismo o
sobre su mundo, su comportamiento ético-moral se basaba en instrucciones
heredadas de tiempos remotos y percibía el mundo a través de sus sentimientos. No fue hasta la época de Grecia, en que
aparece la conciencia característica del alma racional, y sobre todo con Roma,
cuando aparecen ya personas completamente “encarnadas”, y con confianza en
ellas mismas, que piensan y actúan de forma autónoma, propia de la época del
alma racional. En esta época es cuando se produce la plena incorporación en el
hombre del Yo ” o ser en si mismo” mas elevado y que hará que sea posible su
evolución futura como un ser moralmente libre, capaz de cumplir el destino que
los dioses le habían fijado y que llegó a la humanidad con el advenimiento del
Cristo. Este Yo superior no podía encarnarse dentro del hombre hasta que se le
fue otorgado a través de la encarnación, muerte y resurrección del ser mas
elevado que se ocupa del hombre, el Cristo.
Con ello el ser humano asumiría plena responsabilidad de sus actos.
Con las cualidades
peculiares propias del alma racional, adquirida por el ser humano en el punto
medio de su evolución terrenal, también denominada por Steiner como alma de
entendimiento o alma intuitiva, el hombre fue capaz de pensar por si mismo (una
consecuencia fue el nacimiento de la Filosofía en Grecia), completó su
“descenso” de los mundos espirituales, y ya encarnado plenamente como hombre
terrenal recibió la posibilidad de “ascender” nuevamente, si bien
añadiendo su conciencia terrenal a la de
los mundos espirituales.
En Grecia
comienza el desarrollo de la conciencia propia del alma racional,
caracterizándose por el paso de la Religión a la filosofía, el cambio de la
aceptación de las religiones aceptadas sin discusión, a la actitud intelectual
escéptica y crítica, por el interés griego por las innovaciones, por el paso de
la creencia en la infalibilidad del monarca, con sus atributos divinos o gobierno
de los dioses a través de un gobernante inspirado, a la creencia implícita en
la sabiduría colectiva y formas de gobierno a través de la voluntad colectiva.
El ser humano, con el
desarrollo propio de las cualidades del alma consciente, también denominada por
Steiner como alma espectadora, adquiere la capacidad de objetivar, de
contemplarse a si mismo objetivamente.
Este tipo de conciencia tiene la tarea de establecer conscientemente el
encuentro entre personas, mediante la verdadera percepción y reconocimiento del
“yo” de los otros. Es asimismo labor del
alma consciente la de recuperar la percepción de los mundos espirituales
(percepción que según Steiner se había mantenido, en parte, hasta la época
egipcio-babilónica), pero que ha de ser nuevamente adquirida conscientemente,
pero ya junto a la percepción que hemos adquirido respecto al mundo de la
materia. En la época actual se ha
incrementado la conciencia del Yo en todos nosotros, así como la que tenemos del
mundo exterior. Creación de esta conciencia es la capacidad de percibir los
mundos espirituales, tomando el hombre en sus manos las riendas de su propia
evolución alcanzando el máximo grado posible de auto-conciencia. Podemos distinguir como características
propias de esta época de la Conciencia los sistemas de gobierno representativos, el
libre juicio, la libertad de conciencia, la tolerancia religiosa, la superación
de los conceptos tribales y nacionalistas, el encuentro consciente de las almas
entre personas y verdadero reconocimiento del Yo ajeno, etc.
En la etapa de
conciencia que seguirá a la actual del alma consciente, en la sexta etapa
cultural post-atlante, según Steiner,
será en la que realmente entre el cristianismo en la voluntad humana,
con toda su fuerza, de especial desarrollo de cualidades espirituales, siendo
la vida humana henchida de amor fraternal.
Visión de futuro
En la etapa actual de
conciencia objetiva , en estado de
vigilia, vemos los objetos delimitados en el espacio, con colores, sonidos,
vibraciones, etc. en un mundo exterior.
En etapas anteriores, el hombre,
según Steiner, percibía el mundo en imágenes, parecido a como percibimos los
sueños actuales, imágenes que surgían en su alma como efectos que le producía
el entorno, como fluctuaciones anímicas que resonaban en su alma. La conciencia objetiva actual se fue
formando paulatinamente en el transcurso
de la evolución, con el surgir progresivo de los órganos físicos y sentidos que
nos permiten percibir los objetos del universo como algo exterior.
¿Cómo puede ser el
desarrollo futuro del ser humano? . Steiner manifiesta que , además de los
sentidos actuales existen en el hombre otros en estado latente, que se irán
desarrollando paulatinamente. En el
transcurso de la evolución terrestre, aparecerán en los futuros habitantes
formas físicas muy distintas a las actuales, con nuevos órganos que permitirán
la percepción de otras formas. Personas
actuales dotadas de clarividencia pueden percibir los modelos espirituales de
los futuros seres materiales: lo que hoy
ven como nubes de luz y color, áurea de energía alrededor del cuerpo, se
convertirán en formas físicas. Junto con
la posibilidad actual de ver los objetos
desde dentro, como algo exterior a nosotros, el hombre actual ha desarrollado
el mundo de las ideas o pensamientos sobre los objetos, que es la base de la
memoria y de su autoconciencia. Solo el
hombre pensante actual es capaz de diferenciarse a si mismo del entorno como
ser independiente y autoconsciente, reconociéndose a si mismo como un “Yo”.
Para la visión
clarividente de Steiner, dentro de la autoconciencia, de la vida pensante
actual, se ve una disposición hacia estados de conciencia aún mas
elevados. Ya se pueden percibir estados
de conciencia que la humanidad entera habrá de alcanzar con el avance de la
evolución planetaria, estados que se encuentran en los seres humanos actuales
en estado germinal, en sus inicios.
Ante la existencia actual de los objetos “reales” perceptibles a los
sentidos, y los meros pensamientos o representaciones que de ellos nos hacemos,
como algo “irreal” o no existente, en un futuro se convertirán en reales: el hombre será entonces capaz de crear
imágenes, y no sólo representaciones; la
representación del color será el color mismo, igual que la del sonido será el
sonido mismo, etc...
En el futuro el
hombre hará surgir, por su propia capacidad, un mundo de imágenes en el espacio
exterior. Gracias a ello será capaz de
percibir seres y objetos energéticamente mucho mas sutiles, y que por eso no vemos con nuestros sentidos
actuales, que el hombre del futuro verá
con sus nuevos sentidos anímico-espirituales.
El hombre entonces, según Steiner, pasará de la actual conciencia
objetiva a una “conciencia autoconsciente de imágenes”, con la que podrá
comunicarse con otros seres, hoy ocultos
a nuestra percepción sensoria.
Junto con este cambio
en las percepciones el hombre futuro verá también transformado su mundo de
sentimientos y relaciones con su entorno.
Hoy el hombre ya puede influir conscientemente en otros seres sensibles.
En un futuro podrá igualmente influir actuando conscientemente sobre otras
fuerzas y poderes desconocidos (mediante manipulaciones genéticas y sobre
fuerzas creadoras de la vida), y también se verá influenciado por dichas
fuerzas y poderes. En esta etapa de la
conciencia ya no existirá el concepto de muerte, ya que ésta se produce cuando
fallan los sentidos físicos, que son los que nos relacionan con el entorno. Si
las influencias del mundo externo se reciben mediante imágenes que el hombre
crea desde si mismo, podrá regular su intercambio voluntario con el entorno, no
viendo su vida interrumpida en contra de su voluntad, e imperaría sobre el
nacimiento y la muerte.
En etapas de desarrollo aún superiores
el hombre no sólo podrá crear imágenes, sino también objetos y seres. De la conciencia
autoconsciente de imágenes se pasaría entonces a la conciencia autoconsciente
de objetos, convirtiéndose en ser creador con dominio de las fuerzas creativas
de otros mundos. Posteriormente entraría
en un estado de conciencia espiritual, con el que se cumpliría la meta
evolutiva de la humanidad, conforme al papel asignado por la divinidad.
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